Menu principal

 


Un emotivo concierto de la Camerata Bariloche


Teatro Colón

Viernes 17 de marzo de 2023

 

Escribe: Alejandro A. Domínguez Benavides

 



Camerata Bariloche 


Solistas: Freddy Varela Montero

Andrés Spiller 

Stanimir Todorov


Programa:

- Sinfonía para cuerdas – Félix Mendelssohn

  1. Adagio-Allegro

- Concierto para violín y cuerdas, Mi mayor BWV 1042- Johann S. Bach

   I. Allegro

  1. Adagio

  2. Allegro assai

- Concierto para oboe y cuerdas en

I. Allegro non molto

II. Larghetto

  1. Allegro

- Andante cantábile para violoncello para violoncello y cuerdas-Piotr I. Tchaikovsky

Divertimento para Orquesta de cuerdas

  1. Allegro non troppo

  2. Molto Adagio

  3. Allegro assai


Calificación: Excelente


Una nota de ejemplaridad

La Camerata Bariloche cumplió cincuenta y cinco años y que mejor idea que hacer el festejo en el Teatro Colón testigo de inolvidables momentos. La Camerata es nuestro primer conjunto de cámara en alcanzar un renombrado prestigio internacional. En el concierto del 17 de marzo demostraron que con el paso de los años el alto nivel musical se ha acrecentado y además se puso de manifiesto el señorío y don de gentes de sus integrantes.

 

Recientemente el Papa señalo en un reportaje que “una cultura es algo que se adquiere, no es una profesión moral. Son dos cosas diversas.” Nos parece que los maestros de la Camerata lograron unir a la cultura con la profesión moral al premiar a tres de sus fundadore: Andrés Spiller, Marcela Maginv y André Mouroux recibieron una placa recordatoria de manos de sus pares. Un hecho poco frecuente en un mundo donde parecen destacarse los comportamientos mezquinos.

 

Ahora entendemos mejor la celebración. Los éxitos auténticos en los grupos musicales, teatrales, futbolísticos se basan en estas loables actitudes. En la Camerata se honra la historia, la tradición, a los mayores, que en otros ámbitos son descartados.

 

De Vivaldi a Bartok

El programa recorrió desde Vivaldi a Bartok, sin seguir ese orden, naturalmente. En primer lugar, interpretaron la sinfonía para cuerdas de Félix Mendelssohn. La obra se inicia con un adagio con cierta tonalidad lúgubre y grave, con matices envolventes va adquiriendo un ritmo que lo retrotrae a una estilizada pureza clásica. La influencia de la escuela Vienesa de Haydn, Mozart y el propio Beethoven en el autor es notoria en esta obra.

 

Seguidamente escuchamos el famoso Concierto para violín y cuerdas en Mi mayor. El allegro interpretado espléndidamente se percibió el eco de un Bach esencial, Freddy Varela Montero destacó sus dotes de solista interpretando el adagio, mas allá de los notables aspectos técnicos en la ejecución, logró un clima de introspección, de encuentro con el Misterio y la trascendencia. Una fiesta para el espíritu. Para cerrar la primera parte Vivaldi. Andrés Spiller se presentó con su oboe con la serenidad y la paz que lo caracteriza. Su labor en el larghetto, el segundo movimiento, nos deslumbró con notas de luminosa nostalgia. Spiller acaricia los sonidos y generosamente los regala a quienes lo apreciamos.

 

En la segunda parte la música del Andante cantábile para violonchelo y cuerdas alterna entre el tema folclórico y una sección contrastante de la propia inspiración de Tchaikovsky que se reconoce instantáneamente dentro de la línea de su estilo más característico. El violoncelista Todorov tuvo un notable desempeño y logró transmitirnos lo mejor del autor ruso. Para el final Bartok, su divertimento tiene una estructura clásica sobre la que agregó matices oscuros, ricas armonías y su sentido por excelencia del impulso rítmico. Su música presenta disonancias discordantes y melodías agradables fusionadas de una manera única por la Camerata Bariloche siempre versátil y capaz de rescatar las mejores melodías, lejos de las odiosas clasificaciones y etiquetas. Se despidieron con dos bises: The man I love de George Gershwin y Libertango de Astor Piazzolla.