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Singular versión  de  “Nabucco” en el Teatro Colón    

 

Teatro Colón

Martes 31 de mayo de 2022

 

Escribe: Néstor Echevarría

 

 

Una de las características de la reciente reposición de “Nabucco” de Giuseppe Verdi en el Colón de Buenos Aires, ha sido en sus objetivos plantear una resignificación metafórica entre significante y significado, posturas que por supuesto, suelen desafíar los modelos tradicionales.


Pero lo cierto es que la nueva versión llegó a impactar por su enfoque de propuesta visual a cargo del conocido puestista trentino Stefano Poda, que había quedado pendiente por la clausura provocada por la pandemia de todas las actividades hace dos años, y ahora se concreta en la temporada lirica en curso.


Con su carga simbólica, una despojada caja escénica con tono blanco (también el vestuario colectivo, salvo los personajes centrales,que eran el opuesto, el negro ) y con trasparencias, los movimientos coreográficos sobre el disco del escenario girando lentamente, con numerosos figurantes cumpliendo esa función y en un marco lumínico atractivamente planteado.


Por momentos pende en el centro del escenario la banda o cinta célebre del matemático alemán Moebius, cuya exploración proviene también del siglo diecinueve, como una suerte de metáfora.. En suma, la poética, también cabe en esa novedosa puesta de quien suma funciones, además de régisseur, de escenógrafo, vestuarista, iluminador y coreógrafo en esta propuesta singular.


Ahora bien, en su realización musical y lirica, la conducción de Carlos Vieu de la orquesta estable del Colón rayó a gran altura desde la famosa obertura, lo mismo que el coro estable del teatro en esta partitura verdiana en la que estuvo impecablemente preparado por Miguel Martinez.


Es que el coro aparece como un personaje agregado al drama y no solo en el admirable “ Va pensiero…” que fue cantado por los coreutas esparcidos y caidos en el suelo del escenario, sino en tantos pasajes corales que acompañan el argumento que el libretista Temistocle Solera le preparó a Verdi en este tercer titulo de su carrera (y su primer éxito consagratorio) referido al conflicto judeo-babilónico de la historia antigua.


En cuanto a los cantantes, cabe subrayar la eficacia del protagonista, el barítono rumano Sebastian Catana, que mostró correcta línea de canto en su personaje, acompañado por el bajo polaco Rafal Siwek como Zaccaria, con buen timbre y expresivo acento en sus arias, la mezzosoprano argentina Guadalupe Barrientos (Fenena), que lució voz generosa que trascendía acústicamente el vacio y el velo de escena (siempre obstructivos en escenarios despojados y minimalistas) y la soprano eslovena Rebeka Lokar como Abigaille, un personaje de notorias exigencias, que mostró una emisión heterogénea en una competente composición, en tanto el resto cumplió adecuadamente a mantener la ya comentada visión conceptual del planteo.


En suma, una vuelta de tuerca para el célebre “Nabucco” verdiano, que siempre mantiene su atracción , habida cuenta de que su éxito inicial fue para los italianos una suerte de paradigma ideológico en el proceso histórico del “Risorgimento”. Ese efusivo ¡Viva Verdi!” cuyas cinco letras del apellido aludían al primer rey (“Vittorio Emanuele Re D`Italia”) .En próximo despacho continuaré con el desarrollo de la temporada.

 


Néstor Echevarría

 

Sebastián Catana, Rebeka Loker,Guadalupe Barrientos, Rafal Siwak y demás cantantes del elenco . Dirección musical: Carlos Vieu, Dirección coral: Miguel Martinez . Puesta escénica: Stefano Poda. Orquesta y coro estables del Colón.