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El icónico y controvertido director reaparecerá en Florencia tras las denuncias en su contra por abusos

Para James Levine, aquí no pasó nada

La convocatoria partió de Zubin Metha y se concretará en enero próximo con varios títulos."Ha estado demasiado tiempo en silencio y el mundo necesita oírlo de nuevo'', justificaron los anfitriones.

  • Levine
    Con 77 y problemas en la columna que lo obligan a utilizar silla de ruedas, parecía que Levine iba a quedar sepultado por largo tiempo, quizás para siempre. Pero no será así.­

 

 

Noticia de alto impacto en el ámbito de la música clásica. Después del pesado escándalo en que se vio envuelto en 2018 en los Estados Unidos, cuando todo indicaba que quedaría arrinconado en una suerte de ostracismo definitivo e ilevantable, lo cierto es que James Levine volverá a presentarse en público. La novedad resulta doblemente sorprendente en la medida en que se piense en la poderosa influencia de los movimientos norteamericanos condenatorios del acoso y el abuso sexuales, grupos a los que todos temen y cuyo dedo acusador, de grandes efectos expansivos, deviene poco menos que decisivo.

 

Verdadero ícono del Metropolitan Opera House, teatro del que fue director musical y artístico entre 1975 y 2017, y al que llevó casi a los rangos más elevados de su historia, el maestro de Ohio fue objeto de una investigación criminal en 2016 por parte de la Policía de Illinois. Ello fue a raíz de una denuncia formulada por un artista que señaló que años atrás, siendo menor de edad, había sido víctima sostenida de seducción y asalto eróticos por parte de Levine (responsable en ese entonces del Festival de Ravinia), situación que lo había llevado al borde del suicidio. Conocida esta pesquisa, y según lo consignó el New York Times, otros dos damnificados por conductas similares cuando eran adolescentes hicieron públicas sus imputaciones contra el afamado director (nos referimos siempre a cantantes y músicos varones).

 

 

 

IDOLO CAIDO

 

Peter Gelb, el director general de la compañía, conoció en octubre de 2016 estas deshonrosas denuncias contra Levine, figura arrogante, siempre autorodeada de un halo semi-sacro. Las cosas fueron avanzando hasta que en diciembre de 2017 el Met, con el apoyo pleno de su Comité Ejecutivo y del Met Board, anunció finalmente que mientras se encontrara pendiente la investigación por inconducta sexual desplegada entre 1960 y 1980, se suspendía toda relación con Levine, quien a partir de allí fue apartado de su puesto de director artístico e incluso de las funciones que debía conducir en el resto de la temporada.

 

La pendiente por la que rodó el músico judío se fue ahondando porque en 2018 el Metropolitan inició una demanda reclamándole u$s 5.200.000 en concepto de daños y perjuicios por haberse aprovechado "de su reputación y posición de poder'' en la entidad para atacar a jóvenes vulnerables. Se consignaron nueve casos (la investigación interna recogió setenta testimonios), desde ya repugnantes: bloqueo de las puertas de un automóvil a efectos de agredir sexualmente al acompañante, sesiones de masturbación conjunta por años, coitos forzados, toqueteos, pagos u oportunidades importantes de actuación en compensación por los `servicios prestados'.

 

Este juicio y el que había iniciado a su vez Levine contra la compañía fueron objeto de una transacción en agosto de 2019. Recordemos que el ilustre concertador percibía una remuneración de u$s 400.000 por año en su calidad de ejecutor artístico del Met, con más u$s 27.000 por la dirección de cada ópera que él mismo se asignaba.­

 

 

IDOLO RESUCITADO

 

 

A contar de todos estos lamentables sucesos, la imagen de Levine desapareció por completo de la escena para hundirse en un vergonzoso cono de sombra. Hoy, con setenta y siete años y problemas en la columna y el manguito rotador del brazo derecho, que lo obligaron a utilizar silla de ruedas, parecía que iba a quedar sepultado allí por largo tiempo, tal vez para siempre.

 

Pero el caso es que el maestro hará su reaparición pública en la temporada del Maggio Musicale Fiorentino (no olvidemos que en Europa todos los cuestionamientos de acoso sexual han levantado menos polvareda que en Estados Unidos).

 

En efecto, ahora, y como si no hubiera pasado nada, su colega Zubin Mehta, director musical vitalicio del teatro de Florencia, lo acaba de invitar para dirigir allí. Levine debutará en la ciudad de los Medici con la magnífica ópera `La condenación de Fausto', de Berlioz (11, 13 y 16 de enero), con un elenco de lujo: Ferruccio Furlanetto (Mefistófeles), el tenor Michel Spyres (Fausto) y la estupenda mezzo Marianne Crebassa (Margarita), la más importante revelación de la lírica francesa de los últimos tiempos.

 

Luego, el 17 de enero, estará en el podio con `Un réquiem alemán', de Brahms, con el concurso de la soprano Hanna-Elisabeth Müller y el destacado barítono Thomas Hampson, para concluir el 21 de enero con las tres últimas Sinfonías de Mozart, siempre con la orquesta y el coro de la casa.

 

Sin problemas.

 

"No sé si las acusaciones en su contra fueron justas o injustas'', dijo el `sovrintendente' del Maggio, el portugués Alexander Pereira. ``Pero sí sé que Levine ha estado demasiado tiempo en silencio y que el mundo necesita oírlo de nuevo''.