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Buen comienzo de temporada en el Auditorio Nacional


Auditorio Nacional

Viernes 7 de febrero de 2020


Escribe: Graciela Morgenstern

 

Concierto de órgano y canto  
 Intérpretes: Enrique Rimoldi (órgano)  -  Jaquelina Livieri (soprano)

Programa: Obras de Johann S. Bach, Georg F. Hândel, Wolfgang A. Mozart, Ludwig van Beethoven, Charles Gounod, Vincenzo Bellini, Georges Bizet y Riccardo Broschi

 

Con un muy buen concierto de órgano y canto comenzó la temporada del Auditorio Nacional. El programa fue muy variado en cuanto a compositores y estilos,  configurado para ofrecer una suerte de muestrario estilístico del instrumento. El órgano Klais Op. 1912 con que cuenta el lugar es impactante, no sólo por lo monumental sino también por su excelente sonido. Enrique Rimoldi, organista de marcada trayectoria, ofreció un concierto de enorme talla. Realizó un interesante  recorrido por algunas obras no frecuentes de compositores bien conocidos. Si bien su parte como solista se inició con  la Toccata y Fuga en re menor BWV 565, de Johan S. Bach y luego abordó la Marcha y Obertura de "Serse", de Hândel, también incluyó la Fuga en re menor de Beethoven, la Marcha nupcial de Ch. Gounod y la bellísima Sonata para órgano de Vincenzo Bellini. El organista supo captar el espíritu de cada una de las obras y tradujo su discurso óptimamente. Sus interpretaciones estuvieron una conjunción de sonoridades y al mismo tiempo, de exquisitez y delicadeza.


En taqnto, la joven soprano Jaquelina Livieri, de ascendente trayectoria, encaró la diversidad de estilos propuestos en el programa con solvencia técnica, desde el aria "Ombra mai fu", de "Serse", pasando por "Exsultate jubilate", de Mozart, dando muestra de un legato impecable. Así mismo, abordó la la dificilísima bravura de "Son qual nave ch'agitata", de la ópera "Artaserse", de Riccardo Broschi con impecable precisión. Su voz, de timbre cristalino, corre bien por la sala y su caudal vocal es importante, por lo cual no debería "empujar" las notas agudas para que no suenen tirantes. Pero en general, su actuación fue muy buena, logrando momentos de singular belleza en los dos "Ave María", el de Gounod y el de Schubert que ofreció fuera de programa ante los aplusos del público que parecían no terminar. 

 

CALIFICACIÓN: MUY BUENO