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Muy buena presentación de la Filarmónica en la Usina del Arte junto a César Bustamante

 

 

A TODA ORQUESTA

 

Usina del Arte

Jueves 22 de agosto de 2019


Escribe: Martha Cora Eliseht

 

 

 Independientemente de su Ciclo de Conciertos en el Teatro Colón, la Orquesta Filarmónica de Buenos Aires organiza  conciertos en otras instituciones oficiales. El pasado jueves 22 del corriente tuvo lugar el 3° concierto  del Ciclo “Divertimentos y Pasiones”, ofrecido en la Usina del Arte bsjo la dirección de César Bustamante, con la participación del trompetista argentino- alemán Werner Mengel como solista, en un programa que comprendió las siguientes obras: Obertura de “Las Alegres Comadres de Windsor” de Otto Nikolai (1810-1849), el Concierto para trompeta y orquesta en Fa menor, Op.18 de Oskar Böhme (1870-1938), “Las Grutas de Fingal” de “LAS HÉBRIDAS”, Op.26 de Félix Mendelssohn-Bartholdy (1809-1847), la Obertura de “Caballería Ligera” de Franz Von Suppé (1819-1895) y la Suite de “Otto e Mezzo” de Nino Rota (1911-197).


Además de ser el actual Director del Coro de Niños del Colón desde 2010 en adelante, César Bustamante es pianista, director y arreglador. Tras haberse graduado con las más altas calificaciones en Dirección Coral en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Nacional de La Plata, estudió piano con Nora Pons, Susana Romé y bajo continuo con la pedagoga Silvia Malbrán, desempeñándose como bajista continuo y asistente de dirección en la Sociedad Haendel de Buenos Aires durante muchos años, donde efectuó una extensa producción de conciertos, oratorios y óperas barrocas. Actualmente también se desempeña como Coordinador General de Estudios Musicales en el Teatro Colón, donde ha dirigido obras dentro del ciclo Colón para chicos. El trompetista Werner Mengel nació en Remedios de Escalada (Provincia de Buenos Aires) y comenzó sus estudios de trompeta con el maestro Osvaldo Lacunza –integrante de la Orquesta Estable del Colón- e integró el Coro de Bronces de la Iglesia Evangélica del Río de la Plata de Temperley. Posteriormente, viaja a Alemania para completar sus estudios con Joachim Pfeiffer en Lübeck, Echarrd Schmidt en Hamburgo y Vaelntin Garvie en Frankfurt y se perfecciona en trompeta mediante una diplomatura realizada en España con  Luis González Martí y en Rotterdam (Holanda) con Giuliano Sommerhalder. A su retorno a la Argentina, ejerció como trompetista en la Orquesta Sinfónica Provincial de Rosario hasta 2013, cuando entra por concurso a la Orquesta Filarmónica de Buenos Aires como asistente de solista, hasta  que gana por concurso el cargo actual de suplente de trompeta solista en la Orquesta Estable del Colón en febrero del corriente año.


Las Alegres Comadres de Windsor es una ópera compuesta en 1849 sobre la obra homónima de William Shakespeare y es la obra más conocida de Otto Nikolai. Su estreno se produjo en Berlín en marzo de 1849 –dos meses antes de la muerte del compositor- y si bien existen numerosas grabaciones de esta ópera, lo único que se ejecuta periódicamente en salas de conciertos es su obertura. Se dice que Giuseppe Verdi se inspiró en ella para componer FALSTAFF, pero a diferencia de la ópera verdiana, la obra de Nikolai en un Singspiel; es decir, posee diálogo hablado en vez de ser un continuo musical y se caracteriza por su brillante orquestación. En la presenta versión, la Filarmónica logró un sonido muy compacto, con buena lírica melódica, que no sonó de forma exagerada en los tutti. Una de las características de Bustamante fue su correcta marcación de los tempi –que prevaleció durante todo el concierto-, brindando muy buenas versiones de las diferentes obras comprendidas en el programa. La más descollante fue el Concierto para trompeta y orquesta en Fa menor, Op. 18 de Oskar Böhme, que se caracterizó por la brillante actuación de Werner Mengel como solista. 

 

Compuesto en estilo romántico, es la obra más conocida de este compositor alemán, quien, a su vez, fuera trompetista en la Ópera de Budapest  y en el Teatro Marinsky de San Petersburgo, donde se desempeñó como solista durante 24 años. Posteriormente, ejerció la docencia en dicha ciudad y trabajó en el Teatro de Drama de Leningrado hasta 1934, hasta que cayó como víctima de las purgas stalinistas, siendo trasladado a Orenburg –ciudad ubicada al pie de los Montes Urales, donde vivían numerosas comunidades alemanas radicadas en Rusia-, donde ejerció un tiempo como profesor en el Conservatorio local hasta su asesinato en 1938. El concierto consta de tres movimientos (Allegro/ Adagio/Andante- Scherzo- Rondó), donde la trompeta juega un diálogo pleno con la orquesta mediante una serie de fiatos y trinos en una concatenación de escalas ascendentes y descendentes en los solos. Posteriormente, a fines del 1° movimiento, el instrumento solista recapitula sobre el tema principal mediante escalas. Werner Mengel logró un excelente sonido, muy compacto, con un poderoso dominio de técnica y brindó una maravillosa versión del 2° movimiento (Adagio), de gran belleza melódica. Antes de desembocar en la entrada del solista del 3° movimiento, la orquesta tuvo una excelente introducción a cargo de los bronces –con ciertas reminiscencias del cierre del Concierto para piano y orquesta de Alexander Scriabin- , mediante una fanfarria que da paso posteriormente al solista, quien introduce el tema principal. Y el público respondió con un cálido aplauso, al igual que los trompetistas de la orquesta, que vitorearon al solista.


Antes de la segunda parte del concierto, César Bustamante agradeció al público y ofreció una breve reseña de las obras, refiriéndose a la célebre Obertura de Von Suppé. Cavallería Ligera es una opereta en dos actos, que se estrenó en Viena en 1866 y que prácticamente no se representa desde 1934. Sin embargo, la Obertura ha sobrevivido hasta nuestros días y forma parte de los programas de conciertos. En la presente versión, los metales tuvieron un sonido excelente en la fanfarria y Bustamante demostró un perfecto trabajo de ensayo y compaginación. Hubo una muy buena entrada de la trompeta en la célebre cavaletta por parte de los bronces, con muy buen contrapunto de tuba previamente a la entrada del resto de los instrumentos y manteniendo un muy buen equilibrio sonoro en los tutti. Lo mismo sucedió con “Las Grutas de Fingal” de “LAS HÉBRIDAS”, donde los metales brindaron un sonido excelente, ofreciendo una versión compacta y equilibrada. Esta obra fue compuesta por Mendelssohn cuando tenía 21 años y no es una obertura, sino un poema sinfónico breve de singular belleza. No es de las obras más conocidas del compositor alemán, pero se destaca por poseer matices y reminiscencias de su Sinfonía n° 3 (“Escocesa”), que le brindan un encanto muy particular. Y finalizó con la suite de Nino Rota sobre la célebre música compuesta para el film “Otto e Mezzo” (“8 y medio”)  de Federico Fellini, que arranca con un bello cantábile a cargo de las cuerdas, el arpa y las maderas, a los que se acopla el resto de la orquesta. Excelentes trémoliy vibrato por parte de los violines y una muy buena labor de la percusión en el vibrafón, que introduce el Andante antes del 3° número, en tono menor a cargo de los bronces y la percusión, hasta que las cuerdas marcan el continuo. Excelente el solo de saxo tenor en la síncopa del 4° número, así como también el stacatto que marca la célebre melodía en clarinete y flauta, con contrapunto de la tuba, hasta la recapitulación sobre el tema inicial.


Con excepción de las dos oberturas y de la música de Nino Rota, era la primera vez que esta cronista escuchaba este tipo de obras –felizmente rescatadas del olvido para poder apreciarlas en todo su esplendor- . Sería bueno que para el futuro, el Colón volviera a ofrecer conciertos sinfónicos en la antigua Temporada de Verano–hoy lamentablemente perdida en mérito de usar el teatro para recitales de artistas populares, a precios exorbitantes y en desmérito tanto del teatro como del público habitué- donde se ofrezcan este tipo de obras. Por suerte, se cuenta hoy en día con intérpretes de excelente talla como para poder abordarlas.  Una tradición que podría recuperarse y brindar al público general la oportunidad de conocer nuestro mayor coliseo con funciones a precios módicos. Y una forma de acercar la música clásica a mayor número de gente. Cuando existe compromiso político al respecto, todo se puede lograr.