El Ensamble Lírico Orquestal inició su temporada en el Auditorio de Belgrano
IL TROVATORE CON MUY BUENOS CANTANTES
Auditorio de Belgrano
    Viernes 26 de abril de 2019 
      Escribe: Graciela Morgenstern
“Il Trovatore”, de Giuseppe Verdi
Libreto: Salvatore Cammarano
Elenco: Gastón Oliveira Weckesser, Svetlana Volosenko, Enrique Gibert Mella, Maria Luján Mirabelli, Carlos Esquivel, Fabian Quenard, Angie Maya, Eduardo Maradei Angel Cerricchio.
Coral Ensamble. Directora: Cecilia Layseca
Orquesta del Ensamble Lírico Orquestal.
Escenografía y Vestuario: Jessica Barredo Díaz
Iluminación: Luís Bolster.
Puesta en Escena: Raúl Marego
Dirección Musical: Gustavo Codina
De las óperas más populares de Verdi, "Il Trovatore" es la menos sustentable desde el punto de vista del hilo argumental. En el transcurso de dos años, Verdi compuso las tres obras que lo afirmaron entre los compositores más reconocidos y admirados de su tiempo." Il Trovatore" siguió a "Rigoletto" y fue estrenada un mes y medio antes que "La Traviata". Dada la inconsistencia de su libreto, es la música lo que sostiene esta ópera. Por lo tanto, la melodía es factor excluyente y requiere de grandes voces y del canto. Lo demás es ajeno a su esencia. En esta versión que el Ensamble Lírico Orquestal presentó en el Auditorio de Belgrano, un público entusiasta, desafiando las inclemencias del clima, mostró su adhesión a la obra verdiana. Quedó así demostrado que su popularidad sigue inamovible y resiste el paso del tiempo, por encima de todo lo que pueda decirse de sus limitaciones y carencias.
    La  función contó con un elenco que en términos generales, realizó una muy buena  labor. El rol de Manrico, el trovador, fue encarado por Gastón  Oliveira Weckesser, tenor muy joven que cuenta con un material vocal  de bello esmalte y buen caudal sonoro. Aunque aún deberá trabajar para manejar  sutilezas y matizar su canto, fue notoria su entrega al personaje. Compuso un  Manrico heroico, destacándose especialmente en su aria "Di quella  pira".
    Svetlana Volosenko compuso  una muy buena Leonora. Cantó con tonos acerados y brillantes cuando la  partitura así lo requería y fue cálida en los pasajes más intimistas. Su legato fue refinado, especialmente en “D’amor sull’ali rose”. Debe cuidar  su articulación del italiano. Pero sus bondades vocales, sumadas a su buena interpretación,  hicieron que el personaje resultara conmovedor y el público le brindó calurosos  aplausos. 
    El  barítono Enrique Gibert Mella puso todo su experiencia y profesionalismo al  servicio del Conde de Luna. Con voz potente y generosa, se adaptó perfectamente  a la línea de canto y fraseo que Verdi exige. Su interpretación del aria “Il  balen del suo sorriso” invitó a disfrutar de su canto de impecable estilo.  Dio fuerte personalidad al rol y lo hizo absolutamente creíble. 
    El  personaje central de la obra, la gitana Azucena, encontró en María Luján  Mirabelli, una intérprete descollante, que impactó con su redondez sonora y  compromiso emocional. En todo momento, mantuvo canto seguro, preciso en el  ritmo y libre de afectaciones. Mostró temperamento y su actuación fue vibrante.
    Carlos  Esquivel encarnó Ferrando, realizando un trabajo meritorio.  El resto de los personajes de flanco, fueron interpretados con diferentes  niveles de eficacia.
    Aunque el  Coro Ensamble, dirigido por Cecilia Layseca, comenzó la función con algunos  desajustes, luego se afianzó y puede decirse que en términos generales, realizó  una muy buena tarea. 
    La interpretación  política de la obra, realizada por el director de escena Raúl Marego, no  concuerda en absoluto con el temperamento y esencia de la misma. Convertir una  ópera que habla de amor, celos, rivalidades y venganza, en una sobre la  discriminación, es lo mismo que creer que "Macbeth" es una historia  de amor. Acorde con este concepto de Marego, la escenografía y el vestuario de  Jessica Barredo Díaz no fueron adecuados y la iluminación de Luis Bolster lo  fue sólo por momentos. Es inútil mencionar las diferentes instancias en que  ésto queda demostrado puesto que ha sido una producción escénica para el olvido.
    En  cambio, la reducida Orquesta del Ensamble Lírico Orquestal, cumplió una labor  muy meritoria, bajo la batuta de Gustavo Codina. También se debe destacar el  gran esfuerzo que el ELO realiza, como compañía independiente, para la  realización de estas funciones y todo el entusiasmo que pone en las mismas.
    El  espectáculo en general, fue una gran oportunidad de disfrutar, escuchando muy  buenos cantantes, coro y orquesta, quienes recibieron la unánime aprobación de  la concurrencia. 
      CALIFICACION: BUENO

