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Sociedad de Socorros Mutuos

Ramos Mejía

Viernes 14 de septiembre de 2018

 

Escribe: Donato Decina

 

Orquesta Sinfónica Nacional, Temporada 2018,

Presentación en Ramos Mejía (Bs. As.),

Director: Federico Sardella. Obras de Grieg y Dvorak. 

 

 

NUESTRA OPINION: MUY BUENO.

 

Con una enorme expectativa del público que colmó el Salón de la Sociedad de Socorros Mutuos de Ramos Mejía, la Sinfónica volvió una vez mas a esta tradicional “Barriada” del Oeste Bonaerense, en donde año tras año se presenta, a veces al abierto o, como en esta ocasión en la sede de esta señera entidad.

 

  La velada le fue encomendada a Federico Sardella, una de Ntras. Batutas jóvenes mas representativas, actual titular de la Banda Sinfónica de Ciegos y desarrolló un interesante programa con dos obras muy populares, pero siempre riesgosas de abordar: La Suite N 1 para la Música incidental de “Peer Gynt” de Ibsen, compuesta por Edward Grieg y la Sinfonía Nº 9 en Mi menor, Op. 95 “Desde el Nuevo Mundo” (Como su literal traducción del original en Inglés así lo especifica) de Antonin Dvorak.

 

  El propio Sardella desgranó un comentario antes de cada interpretación seguido por el Público con suma avidez. Un Público sencillamente extraordinario que siguió las interpretaciones en un profundo silencio, el que como en el caso de la Nº 9 de Dvorak se prolongó mas allá del final como debe ser. Mas allá de que la acústica no sea de absoluta excelencia, ambas versiones fueron muy dignas y calaron hondo en la concurrencia.

 

  En Grieg se pudo apreciar un delicado trabajo de cuerdas en “La Mañana”, el que se profundizó mas en “La Muerte de Ase”. Un exquisito manejo de la sutileza en “La Danza de Anitra” y un progresivo “crescendo” para la furibunda “En la Gruta del Rey de la Montaña”, en la que Sardella la abordó a un “tempi” un poco mas lento de lo habitual, pero que (considerando el tema acústico al que anteriormente me referí) redundó en un beneficio ya que mas rápido hubiera superuesto sonidos que hubieran hecho mas difícil la audición para los nuevos espectadores.

 

 En cuanto a Dvorak, la versión de la “Nuevo Mundo” fue muy digna, con notables desempeños de los solistas de Flauta, Oboe, Clarinete y Corno Inglés. El segundo movimiento fue el punto mas alto de la noche y el celebre “Allegro” final fue hecho con intensidad y entrega de toda la Orquesta. Bienvenida esta iniciativa que genera nuevo público, reencuentra a la Orquesta con aquellos que por cuestiones económicas o de seguridad, no se animan a ir hasta la Capital y, en el balance de lo artístico, la ratificación de las muy buenas condiciones interpretativas de Federico Sardella.

 

Donato Decina