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A LA ESPERA DE NOCHES MEJORES

 

Tearo Coliseo

Miercoles 4 de abril de 2018

 

Escribe: Donato Decina

 

 

“Nuova Harmonia” 2018:

Concierto de Apertura de la Temporada e inicio del Abono “Italia XXI”:

“Gala Lírica”, con la actuación de Vincenzo Costanzo (Tenor), acompañado por Giovanni Auletta (Piano).

 

Programa: Obras de Puccini,Cordiferro/Cardillo, Chopin, Verdi, Liszt, De Curtis y Migliacci/Modugno. 

 

 

NUESTRA OPINION: MALO.

 

  Veinticuatro horas antes de este espectáculo y ante la invitación personal que me cursara S.E., el Sr. Embajador de la República de Italia ante la República Argentina, el Sr. Giuseppe Manzo, asistí en la sede diplomática, con la presencia, entre otros. del Sr. Ministro de Cultura de la Nación, el Lic. Pablo Avelluto, a la presentación de “Italia XXI”, un ciclo que combinará tradición e innovación en la sala del Teatro Coliseo, mas alguna actividad a llevarse a cabo fuera de sede (como por ejemplo en el CCK), en donde se contará  con la participación de Artistas exclusivamente Italianos, entre los que cabe citar no solo a la totalidad de los que participarán en “Nuova Harmonía”, sino que también podemos consignar la nueva visita de Stefano Bollani (el notable pianista y jazzista) y un cierre muy fuerte en Diciembre el cual será una puesta de “Filomena Marturano”, el clásico de Eduardo Di Filippo en versión de esa notable Cineasta y Directora Escénica llamada Liliana Cavani. Por lo que esta apertura con el tenor Vincenzo Costanzo, acompañado al piano por Giovanni Auletta para los dos ciclos en una misma función, concitó la atención de todo el medio musical de Buenos Aires, dados los interesantísimos antecedentes de ambos interpretes consignados en las comunicaciones de prensa previas que los organizadores remitieron y que el programa de mano ratificó. Grande fue mi inquietud al ingresar a la sala y observar sobre el escenario de frente al piano de un pié portando un micrófono (Que bien podía ser para una grabación). Ingresó el pianista Auletta y micrófono portátil en mano ensayó una breve explicación de la estructura del espectáculo y de lo que se escucharía en primer lugar, nada menos que “E lucevan le stelle” la inmortal aria de “Tosca” de Puccini, la que no me pareció adecuada para abrir un recital, pero según el detalle explicativo, se trató de graficar un viaje desde la noche mas cerrada hacia la luz y la libertad que estarían expresadas en “Volare”, el clásico de Domenico Modugno con letra de Franco Migliacci con el que se cerraría el recital. La expectativa de inmediato se hizo trizas ya que al arrancar el piano comprobé que estaba amplificado y que el cantante también lo hizo de la misma forma. Es inconcebible y no acepto explicación alguna del porque de esta insólita decisión, impropia para un interprete vocal que dice haber actuado bajo las ordenes de, entre otros, Daniel Oren, Francesco Ivan Ciampa y  Andrea Battistini, mas un pianista interprete y acompañante del que su semblanza manifiesta acreditar cátedra nada menos que en la Accademia Nazionale di Santa Cecilia” de Roma. Decididamente bochornoso. Y eximo a los Organizadores y al Sr. Embajador de Italia de la responsabilidad, ya que creo que tomó también a ellos por sorpresa semejante determinación. Vocalmente (y mas allá de la amplificación) Costanzo mostró ser un discreto interprete lírico y un entusiasta en el repertorio de corte popular. Auletta puede ser un buen interprete “Lisztiano” y un discreto “Chopiniano”, pero la decisión también suya de amplificar invalida por completo cualquier otra consideración e igualmente criticable  el hecho de que el repertorio pianístico (Balada Nº1 de Chopin, Transcripción de la Danza Sacra y Duetto final de Aida por Liszt y la “Tarantella” de “Años de Peregrinaje” del mismo compositor) casi iguala (y no se si supera) al repertorio vocal (“E Lucevan le Stelle”, Core’ngrato, “Ah la Paterna mano” “La Donna e Mobile”, Torna a Surriento”, “Addio Fiorito Assi”, “NessunDorma” y “Volare”), todas en la misma tesitura, sin matices, sin expresividad, sin sentido del fraseo. Verdaderamente creo haber presenciado, sin dudas, el mayor bochorno en mis 36 años ininterrumpidos de concurrencia a los espectáculos clásicos. Ni las Autoridades, ni el Público merecíamos esto. Cuando se anunció  que bisarían “O sole mío” me retire. Ya era demasiado.

 

Donato Decina