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Con una atrayente soprano: Lise Davidsen


UN WAGNER MENOR EN EL COLÓN

Teatro Colón

Martes 25 de Abril de 2017

 

Escribe: Carlos Ernesto Ure

 

 

“La Prohibición de Amar”, gran ópera cómica en dos actos, con libro y música de Richard Wagner.

 

Con Lise Davidsen, María Hinojosa, Peter Lodahl, Christian Hübner, Hernán Iturralde, Carlos Ullán, Sergio Spina, Fernando Chalabe, Norberto Marcos, Marisú Pavón y Emiliano Bulacios.

 

Iluminación de Bruno Poet, escenografía y vestuario de Steffen Aarfing, proyecciones de Luke Halls, coreografía de Signe Fabricius y “régie” de Kasper Holten.

 

Coro (Miguel Martínez) y Orquesta Estables del Teatro Colón (Oliver von Dohnányi).


Interdicta por su propio autor (en vida de Wagner hubo una única función, en Magdeburg, teatro del que él era director, en 1836), “La Prohibición de Amar”, es sin duda una obra de escaso relieve, propia de un compositor que recién estaba empezando. Su partitura, en efecto, exhibe una orquestación abrumadoramente maciza, estructuras armónicas y rítmicas despojadas de mínimo interés, ausencia de ideas y de un discurso musical dotado de elementales articulaciones e inflexiones. Sería un sacrilegio darla en el teatro de los Festivales de Bayreuth, ciudad en la que se ofreció en 2013 como mera exhumación de tintes exóticos (una revista u opereta) en el Oberfrankenhalle.

 

Puesta criteriosa
Basada en “Measure for measure” (por supuesto: nos quedamos con Shakespeare), “Das Liebesverbot” carece de la jerarquía indispensable para ser representada en el Colón, teatro que no obstante la ofreció el martes (no se sabe porqué), en segunda función de gran abono de la temporada lírica oficial. Se trató, desde ya, de su estreno local, circunstancia comprensible si se piensa que a lo largo de todos estos años no se la presentó casi nunca en ningún lado.

 

Verdadero pastiche que oscila entre acordes gruesos y líneas anodinas, préstamos de Auber, de Rossini, Donizetti y aún del propio Wagner (cierto tema de “Parsifal”), sería imposible recrearla sin una “mise-en-scène” fluida y alegre, moderna, dinámica. A estos rasgos se ajustó precisamente la producción liderada por el danés Kasper Holten (quien se está retirando de la dirección del Covent Garden), sólidamente sostenida por una iluminación de inteligentes colores a cargo de Bruno Poet y una escenografía y un vestuario imaginativos, fantasiosos, de calidad, diseñados por Steffen Aarfing.

 

A lo largo de un cometido casi unívoco (no hay lugar en estos pentagramas para el contrapunto ni la polifonía), el coro estable se manejó por su lado con aceptable rutina. En cuanto a la orquesta, un temperamento prudente nos inclina a diferir el análisis del trabajo del maestro eslovaco Oliver von Dohnanyi para otra oportunidad en la que deba afrontar piezas de mayores exigencias y compromiso.

 

Los cantantes
En lo que hace a los solistas vocales, cabe apuntar que los tenores Carlos Ullán (Claudio) y Peter Lodahl (Luzio) se desenvolvieron con atildada corrección, al igual que las sopranos María Hinojosa (Dorella), muy buena actriz, y Marisú Pavón (Mariana), quien lució meritoria línea.

 

El bajo alemán Christian Hübner (Brighella) mostró a su vez registro rústico y potente, por cierto eficaz, y nuestro compatriota Hernán Iturralde (Friedrich), caracterizado cómicamente a la perfección, hizo oír una voz impecablemente timbrada y bien proyectada, de óptima dicción

 

Pero la sorpresa de la noche fue desde ya la soprano Lise Davidsen (Isabella). Ganadora de varios concursos alrededor de 2015, esta joven valquiria noruega, cuya carrera se encuentra obviamente en sus inicios, en su debut en el papel, que fraseó con calidad, acreditó emisión fluida, franca y flexible y fino “legato”, y paralelamente con ello un material de primera línea en cuanto a potencia y “fiato”, consistencia y homogeneidad en el color. Es cierto que debe reforzar las sonoridades de baja intensidad y la zona grave; pero sus cualidades permiten augurarle una destacada trayectoria. En definitiva: sería deseable escucharla de nuevo en la sala de la calle Libertad, en algún título de mejor categoría.

 

Calificación: regular

 

Carlos Ernesto Ure