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Estreno argentino de “La Arlesiana” en el teatro Roma

 

Teatro Roma - Aavellaneda

Domingo 26 de Marzo de 2017

 

Escribe: Néstor Echevarría (La Prensa 2017/03/17)

 

 

 

“La Arlesiana”, ópera en tres actos, con libreto de Leopoldo Marenco y música de Francesco Cilea.

Dirección musical: :JorgeLhez.

Direccion coral: Armando Garrido.

”Regie” Boris Laures.

Escenografia: Zacaria Gianni.

Vestuario: MariaVucetich

Orquesta Sinfónica Municipal y Coro del Instituto de Musica de Avellaneda

 

 

El histórico teatro Roma de Avellaneda,inaugurado en 1904 y hoy restaurado prolijamente, produjo una cita significativa para la ópera en nuestro país. El estreno de “la Arlesiana”, del compositor calabrés Francesco Cilea ((1866-1950), enrolado en la “giovanescuola”italiana de finales del ochocientos, vale decir el denominado “verismo” operístico.


En esa vertiente de moda entonces produjo solamente cinco títulos, de los cuales “AdrianaLecouvreur” (de 1902) es el único sobreviviente activo y su mayor éxito,  de muy alto nivel, que justamente en estos mismos días se ha estado reponiendo en el comienzo de la temporada del teatro Colón.


Pero cabe tomar en cuenta que  la ópera de Cilea anterior a esa , “L’arlesiana” con  libreto de Leopoldo Marenco y basada en la pieza del francés Alphonse Daudet, que lo había integrado a su colección “Cartas desde mi molino” subió a escena en Milan (pero en el desaparecido Teatro Lirico, rival de la ilustreScala en ese entonces) el 27 de noviembre de 1897, nada menos que con el insigne EnricoCaruso haciendo  sus primeras armas ( lo que dio lugar a la plena vigencia del “Lamento di Federico” como aria emblemática, y con la dirección de Giovanni Zuccani.


Nunca se llegó  a dar en nuestro medio, pese a intentos frustrados.El autor llegó a revisarla un par de veces y agregarle el preludio después. Pero a no ser por la exigencia de los papeles mas trascedentes, este drama campesino que connota el perfil “verista” mechando cierto lirismo con dramatismo teatral desgarrante,en una suerte de prototipo de entonces, logró en el teatro de Avellaneda un  enjundioso y lucido nivel, configurando un esfuerzo plausible  de producción digno de quedar resaltado.


Ante todo la buena dirección orquestal del  cordobés –nacido en Rio Cuarto- Jorge Lhez, hoy director de la Sinfónica de Salta, con una eficaz respuesta de la Orquesta Sinfónicalocal, ,lo mismo el coro del Instituto de Música preparado Armando Garrido, y una plana de cantantes de probado nivel  en diversos ámbitos de la lirica,.


Por ejemplo,  la mezzosoprano Maria Luján Mirabelli mostró su experiencia y nivel interpretativo como la MadreRosa, luciéndose en “Essser madre e un inferno” ,conmovedora escena del final, en plenitud de sus medios vocales, en tanto el barítono LeonardoLópez Linares  impactó de entrada con sus medios generosos desde el relato del pastor “Come duetizziaccesi”  del acto inicial. Por su parte, el protagonista Federico, enamoradolocamente de la mujer de Arlés (el personaje ausente y virtual  que da nombre a la ópera) cantado por el tenor uruguayo NazarethAufe (papel del granCaruso en su estreno),trazó con eficaciasu rol y se lució en el lamento “ E la solita storia del pastore”, con timbre homogéneo yemisión pareja


También merecen su ponderación la musical y sensible intervención de  Laura Polverini (Vivette, la novia),la labor  de Mariano Gladic, German Polon y Alfredo Martinez,en roles menores, así como el planteo  escénico propuesto con  entusiasmo y destreza por Boris Laures ,con la simple y  oportuna escenografía de Zacaria Gianni, el correcto vestuario de MariaVucetich y las luces manejadas por Oscar Morali,  contribuyendo en suma a los encomiables objetivos del evento y su misión  de rescate . Cabe eso si,  mejorar los sobretitulados en lo sucesivo, que debieran cambiar la tipografía elegida yel ajuste de proyección

 

Néstor Echevarría

 

Calificación: Muy bueno