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Porgy and Bess” en el Colón

 

MÁS ESPECTÁCULO QUE MÚSICA

Teatro Colón

Martes 6 de Diciembre de 2016

 

Escribe: Carlos ernesto Ure

Fotos: Teatro Colón - Arnaldo Colombaroli y Máximo Parpagnoli

 

 

“Porgy and Bess”,

Ópera en tres actos, con libro de Ira Gershwin y Edward DuBose Heyward y música de George Gershwin.

Con Xolela Sixaba, Nonhlanhla Yende, Mandisinde Mbuyazwe, Siphamandla Yazupa, Goitsemang Lehobye, Luhhanvo Mobake, Miranda Tini, Mthunzi Mbombela y Mandla Mndebele.

Coreografía de Sibonakaliso Ndaba

Iluminación de Kobus Rossouw

Escenografía y vestuario de Michael Mitchell

“régie” de Christine Crousse.

Coro de la Ópera de Ciudad del Cabo (Marvin Kernelle)

Orquesta Estable del Teatro Colón (Tim Murray).

 

Centrada en meras pinceladas sobre la vida cotidiana de una comunidad negra del Sur de los Estados Unidos, carente por ende de plexo dramático-argumental, plena de pasajes musicalmente insípidos, es difícil poder decir que “Porgy and Bess” es una ópera. ¿Comedia musical, revista de Broadway, “pièce de gran cabaret de demi-siecle”? Frente a este espectro, George Gershwin (Jacob Gershovitz) dijo que su trabajo era en realidad una “folk opera”. Es cierto que algunas páginas de este gran autor de jazz y “lyric songs” (“Summertime”, “I got plenty o’nuttin”, “It aint’t necessarily so”) revisten calidad y amplia popularidad. Pero también lo es que sin perjuicio de sus episódicas inspiraciones, la mayoría de los acordes parecen vacuos (o de relleno), las elaboraciones armónicas elementales, los diálogos sonoramente insustanciales y muchos diseños melódicos dulzones y pasados de moda.

 

Artistas múltiples

En última función de abono de la temporada lírica oficial, el Colón presentó el martes una nueva producción de la creación de autor de “Rhapsody in Blue” que la Ópera de Ciudad del Cabo viene repitiendo desde hace cerca de una década. Ambos protagonistas, Xolela Sixaba y Nonhlanhla Yende, con sus menos y sus más, mostraron registros correctos y potentes, al tiempo que todo el enorme lote de cantantes-actores-bailarines- coristas se manejó con satisfactoria eficiencia. Ninguna de las voces, de todos modos, lució las inflexiones y acentos jazzísticos mínimamente requeridos por este repertorio

Al frente de la Orquesta del Colón, un tanto encorsetada, Tim Murray brindó por su lado una traducción excesivamente cuadrada y falta de swing, en la que el elemento rítmico y la vibración artificial subalternizaron la cadencia melódica, factor primordial en la estética del compositor de Brooklyn.      

 

Puesta aceitada

Con destacado vestuario de Michael Mitchell (la escenografía, también de su autoría, no pareció especialmente atrayente), y exacta y muy animada coreografía de Sibonakaliso Ndaba, la “régie” de Christine Crouse mostró en el multiplicado manejo de masas un nivel dinámico y de sincronización francamente llamativos. En la mayor parte de las escenas, desde ya, alternaron de manera continua los empujones, movimientos danzados y peleas. Pero aún así, y pese a sus reiteraciones (el libreto es muy endeble y las situaciones lacrimosas y poco creíbles), el cuadro visual fue sin duda lo más rescatable de la representación.

 

Calificación: regular

 

Carlos Ernersto Ure

 

PandB3

 

 

PandB5