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La Orquesta de Santa Cecilia con Sir Antonio Pappano

 

Teatro Colón

Miércoles 11 de mayo 2016

 

Escribe: Diego Montero

 

 

Programa:
Verdi: Sinfonia de "Luisa Miller” de Verdi
Tchaikowski: Concierto Nº 1 op 23
Saint-Saëns: Sinfonía Nº 3 Op. 78

 

 

El Teatro Colón de Buenos Aires fue testigo de un acontecimiento sobresaliente. La presencia, gracias a la institución Mozarteum Argentino, del director de orquesta Inglés, de ascendencia italiana, Antonio Pappano al frente de la Orquesta dell'Accademia Nazionale di Santa Cecilia de Roma. Con esta presentación, Mozarteum Argentino logró un nuevo hito en la historia musical de Buenos Aires.

 

Desde el comienzo del concierto, con la obertura de la ópera "Luisa Miller" del compositor italiano Giuseppe Verdi, se pudo apreciar la calidad musical de un director heredero de ancestral sabiduría. Sus gestos precisos y su carácter flexible acorde a cada momento de la partitura, permitieron valorar la seriedad y dedicación del músico, para "redescubrir" cada segmento de la partitura estudiada minuciosamente como bajo un microscopio. El resultado artístico fue superlativo. El Maestro Pappano se encuentra en línea con los pocos grandes directores que fueron capaces de destacar sonidos ocultos y darle a las obras una nueva significación.

 

El rendimiento de la Orquesta fue semejante a un fino reloj. Competentes para responder con precisión a cada gesto del director y con un rango dinámico que pocas orquestas obtienen. Las líneas sutiles de la obra, permitieron estimar la exquisita musicalidad de cada uno de los integrantes incluyendo las condiciones excepcionales del timbalero que recibió una ovación especial.

 

Luego de la obra verdiana, se materializó el famoso Concierto N° 1 para piano de Piotr Ilich Chaikovski a cargo de la joven pianista italiana de 23 años de edad, nacida en la ciudad de Copertino, Beatrice Rana.


Algo difícil resulta evaluar su visión interpretativa. Requiere de un "reajuste" conceptual. Este concierto es, tal vez, uno de los más ejecutado y grabados de la historia. Las versiones más famosas fueron captadas por pianistas de toque aguerrido y vehemente como Sviatoslav Richter, Van Cliburn, Kissin o Argerich. Todos ellos respondieron al carácter "rústico" del pueblo del compositor. Sin embargo con Chaikovski hay un problema. Porque además de ruso fue francés. La admiración que tenía por las costumbres francesas moldearon su temperamento y por ende su estilo. Pianistas como la ucraniana Valentina Lisitsa han resaltado este aspecto afrancesado del compositor y entonces, con este nueva mirada conceptual, podemos decir que Beatrice Rana se ajustó a esa idea.


De toque delicado y cristalino en los pianissimos, y sonido ampuloso y redondo el los fortes; muy buena articulación y mecánica al igual que balance de intensidad entre sus manos y de una técnica impecable que le permitió seguir los tiempos vívidos del director, presentó una mirada más dócil y poco frecuente de este concierto. Fue merecida la ovación del público.


Para cerrar la primera parte del recital, fuera de programa, la pianista interpretó con elegancia, musicalidad y muy buen gusto, el arreglo de Franz Liszt sobre la obra Widmung (Liebeslied) de Robert Schumann.

 

En la segunda parte de este concierto se pudo escuchar la Sinfonía N° 3 Op. 78 de Camille Saint-Saënz. Inútil es agregar más adjetivos en estas líneas o destacar la luminosidad celestial de la interpretación. Creemos directamente que la versión musical fue definitiva.

 

Fuera de programa el Maestro Pappano sumó el intermezzo de la ópera Manón Lescaut de Puccini y la Danza de las horas de la ópera La Gioconda de Ponchielli.

 

Mi padre resumió su experiencia por la visita del Maestro Pappano con una emotiva frase: "Fue como verlo a Toscanini"¨

 

Diego Montero