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Orquesta Filarmónica de Buenos Aires, abono 2

 

Teatro Colón

Jueves 7 de Abril de 2016

 

Escribe: Eduardo Balestena

 

 

Orquesta Filarmónica de Buenos Aires
Director: Zhang Guoyong
Solista: Néstor Garrote (oboe)

 

 

El maestro Zhang Guoyong dirigió a la Orquesta Filarmónica de Buenos Aires en su segundo concierto de abono.


La Chinese suite (suite china) del compositor Yuankai Bao fue la primera obra del programa. Nacido en 1944, profesor en el Conservatorio de música del Tianjin, sus obras han sido interpretadas en distintas partes del mundo, tratándose de un compositor conocido dentro y fuera de su país. El material de la suite es tomado de canciones folklóricas que aparecen expuestas y elaboradas como citas temáticas que plantean reminiscencias de sonidos y timbres que la obra –que discurre en un lenguaje orquestal occidental- no se propone explorar.


El compositor opta por un encanto sonoro, secciones claras de exposición de motivos y acordes de algún modo previsibles en los distintos conjuntos instrumentales, antes que por una exploración de timbres, formas y modos relativos al material folklórico.


Bernard Alois Zimmermann (1916-1970) escribió en 1952 su Concierto para oboe y pequeña orquesta,(Hommage a Strawinsky) obra  interesante y lograda en varios aspectos: su cita de los elementos neoclásicos (en ese su homenaje a Stravinsky), la exploración del dodecafonismo en un contexto de improvisación y libertad en las líneas de motivos, que conlleva la renuncia al lenguaje romántico que es posible apreciar en la armonía, así como también a los efectos y al volumen sonoro, en un trabajo concentrado y de gran concentración.


Se singulariza además por el despojamiento melódico –a la manera del gran compositor ruso- así como por no alternar las exposiciones del instrumento solista y de la masa orquestal, principalmente la cuerda, ya que en muchas partes el sonido solista discurre junto con la cuerda .en tutti- sin dejar de ser audible, con lo cual establece un  elemento de distancia con  respecto a otras estéticas y de algún modo evoca la tradición del oboe solista barroco.


Se trata de una obra de gran requerimiento técnico: la escritura para el oboe está dada en intervalos muy amplios que lo llevan, en el transcurso de una sola frase, del registro medio al más agudo del instrumento en pasajes intensos y prolongados.


Diferentes son las líneas de motivos entre el instrumento solista y la masa orquestal, lo que requiere una labor de armado final muy precisa.


La estética del futuro autor de Die Soldaten o del Requiem für einen jungen Dichter  es en este caso marcadamente técnica, despojada de connotaciones subjetivas, fiel al ideal de la música objetiva de Stravinsky.


Néstor Garrote es solista de Oboe de la Orquesta Filarmónica de Buenos Aires, fundador del Ensamble Instrumental de Buenos Aires y del Oboefest (Rosario) y ha integrado distintas orquestas en Europa y Argentina. Su formación musical y su trayectoria se traducen en el dominio del instrumento y sus posibilidades. En este caso, la escritura técnica –y a la vez evocativa de la tradición del instrumento- aparece dada en el marco de libertad e improvisación de una obra cuyas posibilidades formales y expresivas abordó con absoluta seguridad.


En la Sinfonía nro. 3 de Serguei Prokofiev (1891-1953), escrita en 1928, es posible apreciar elementos estéticos de varias de sus obras: ya el comienzo en tajantes acordes con una relación de marcada disonancia, evocan la parte culminante del ballet Cinderella en que el reloj marca la hora crucial. La escritura, que toma elementos de El ángel de fugo es también evocativa de la Séptima sonata para piano y, en el andante, de las armonías de Romeo y Julieta.  


De algún modo es la fusión, en un contexto de fuerte unidad, de varias de las fuentes temáticas y formales del compositor en una obra episódica, donde el paisaje musical es siempre cambiante. La primera prueba de ello es que tras el acorde y la subsiguiente elaboración posterior y sobre los intervalos finales de un motivo surge el conocido motivo central que tiene el carácter danzante de gran parte de la obra y que, de distintos modos, es elaborado en la parte final de ese movimiento –de una manera más crispada y disonante- luego de la aparición de otros motivos que discurren en el discurso musical.


Así, esos climas tan típicos de Prokovief creados por las maderas y el bombo o por los glissandos de los cornos o de la cuerda, los pasajes en los registros graves de los clarinetes, alternan con la permanente transformación motívica de elementos que surgen en  una sección de la cuerda y al sumársele otra cambian de carácter a la vez que mantienen la impronta inicial, dando la impresión de una música construida por capas y que se vale de esa superposición y a la vez de la pureza tímbrica, y que modula a nuevos paisajes tonales que van cambiando ese carácter y a la vez conservando la unidad.


Por momentos la textura deja de ser homófona en partes en las que los metales y la percusión abordan un pasaje en determinado compás mientras que la cuerda lo hace en otro y con diferentes elementos temáticos.


Pureza tímbrica, flexibilidad en los acentos y en la modulación, solidez en el armado, precisión y expresividad son indicadores de la interpretación que la Filarmónica logró de esta obra de requerimientos constantes, por ejemplo en metales –no termina con un acorde conclusivo sino con una exposición enérgica y abierta.


Nacido en Shangai, Director Artístico del Teatro de la Ópera de esa ciudad, Zhang Guoyong llevó a cabo parte de sus estudios en Rusia, habiendo sido discípulo de  Gennady Rozhdestvensky, encontrándose ampliamente versado en la música de ese país, especialmente en las sinfonías de Dmitri Shostakovich. A diferencia de directores cuyas indicaciones de entradas son más indirectas y se encuentran contenidas en la marcación elegida (en dos, en tres, etc.) cuya referencia debe ser tomada por el instrumentista, la suya fue directa a todas las entradas, salvo aquellas muy próximas (como metales y percusión) y muy fiel a la dinámica que requiere una obra cuyos diferentes planos sonoros hacen a su propia esencia. Fue asimismo muy cuidadoso y considerado en el reconocimiento a las secciones y solistas que destacaron, como Fernando Ciancio (trompeta, instrumento que lleva gran parte del motivo cantabile en el tercer movimiento); Claudio Barile (flauta); Fernando Chiappero (corno) así como las secciones de fagotes; oboes y, especialmente, los metales y las baterías de la percusión, conformadas por instrumentistas tan jóvenes como formados en la interpretación orquestal.

 

 

Eduardo Balestena
http://www.d944musicasinfonica.blogspot.com