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  “Esplendor veneciano” en  el Avenida, por La Bella Música

 

Teatro Avenida

Miércoles 18 de Noviembre de 2015

 

por Néstor Echevarría  (La Prensa)

 

“Esplendor veneciano”, espectáculo integrado con  obras de Antonio Vivaldi, Claudio Monteverdi, Domenico Gabrielli, Alessandro Marcello,  Georg Friedrich  Haendel y Jacques Offenbach. Dirección:Patricia Pouchulu

Puesta escénica:  Lizzie Waise Coregrafia Margarita Fernandez.

Vestuario: Sergio Pelaccani.

Orquesta de cuerdas de La Bella Música y solistas invitados.

 

 

 

 

Ya hace varias temporadas que la asociación privada La Bella Música, que dirige artísticamente Patricia Pouchulu, cierra  su año  con una velada de concierto en el teatro Avenida. Y en tal sentido, la entusiasta y progresista carrera directoral  que ha emprendido  le ha llevado en años recientes a programas clásicos que hemos comentado desde estas columnas.


Ahora bien, el espectáculo de esta temporada, bajo el titulo de ”Esplendor veneciano”,   abraza un cariz temático, contando con una base de ensamble de cuerdas de algo menos de veinte instrumentistas, y en el que fueron desfilando conocidos solistas instrumentales y vocales.


De manera que configuró un programa ambicioso,  temático como quedó dicho (englobando música y ciudad) y resultó interconectado en perfiles y temas, dinámico y con algún elemento prescindible como el coreográfico.


Desde su primera parte el acto   tuvo lucidos contornos en las intervenciones solistas de Rubén Albornoz en oboe y Gabriel La Rocca en fagot , en el Concierto de  Antonio Vivaldi en Sol mayor RV 545.  Por su parte, Fernando Ciancio lució en trompeta en la sonata de  Domenico Gabrielli  y  Pablo Saraví en “La stravaganza Nª 2 de Vivaldi con su arco experimentado y preciso.


Entre tanto  se acudió a la evocación  de Claudio Monteverdi , eterno creador del “melodramma”, donde  solistas vocales como Pablo Pollitzer ,Mariana Rewerski, Victor Torres y Carlos Ullán lo evocaron ,con un conjunto instrumental de época con  el italiano Giorgio Revelli en clave. dieron ocasión de revivir escenas de  “ Canti amorosi” (8º libro de madrigales)  como de “La coronazione di Poppea”, una de sus obras maestras.


Ahora bien, el contratenor Damian Ramírez lució en el  “Lascia ch’io pianga”  de la ópera “Rinaldo”,  de Georg Friedrich Haendel y  la soprano Soledad de la Rosa lo hizo en Vivaldi  en el aria del oratorio “ Juditha Triunphans”.


Tambien interesantes el aporte de Carlos Nozzi y Pérez Tedesco en el concierto para dos  violonchelos de Vivaldi (RV 531). ,lo mismo que  la “Barcarolle” de “Los cuentos de Hoffmann” de Offenbach cantada por Ramírez y Rewerski.


En un balance general, puede señalarse que todo el conjunto funcionó ajustado y  prolijamente  preparado desde la labor en el podio de Patricia Pouchulu, cubriendo con lucimiento un  repertorio mayormente barroco ,de perdurable encanto, que finalizoó con “El invierno”, de “Las cuatro estaciones” vivaldinas.donde  sobresalió la ejecución violinística de Pablo Saraví.


En  esta  muestra de empeño, respeto por las partituras y eficiente sincronía en la labor de la dirección y los músicos, el “semi-stage” planteado por Lizzie Weisse fue respetuoso y discreto y el vestuario diseñado por  Sergio Pelacani tuvo rasgos irregulares ,.en tanto el juego de luces de Luis Pereiro mostro corrección La función había comenzado por problemas de transito con bastante atraso. Pero -vale  su reacción-  el público se mostró gratificado poniendo mucho entusiasmo .


Néstor Echevarría