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Brillante programa coral

    
Teatro Colón
Domingo 21 de Junio de 2015

 

Escribe: Alejandro A. Domínguez Benavides

 

 


Música Quántica

Voces de cámara
Dirección: Camilo Santostefano
Lucas Echaniz ―director asistente―

 

Programa:
Josef Rheinberger (1839-1901): Anima Nostra.
Claudio Monteverdi (1567-1643): Ecco mormorar l´onde. Zeffiro Torna il bell tempo rimena.
Johannes Brahms (1833-1897): Siete lieder.
Samuel Barber (1910-1981) To be song on the water. Let down the bars, o death.
Eric Whitacre (1970) Five hebrew love songs
Raúl Carnota (1947-2014) La aclaradora ―versión Mario Witis―
Michael Tippett (1905-1998) Deep River


Nuestra opinión: Excelente

El director Camilo Santostefano es un músico e investigador infatigable. Prueba de ello su labor como fundador de  “Lírica Lado B” donde este año dirigió Curlew River de Benjamin Britten―en estreno iberoamericano en el IMPA― con entrada libre y gratuita. Sinceramente un regalo inapreciable de gran jerarquía como el concierto ofrecido el domingo en el marco del ciclo Interpretes Argentinos en el Teatro Colón. 


Santostefano  suele recorrer la historia de la música coral, en este concierto podríamos decir que fue el amor como leitmotiv. Comenzó con Anima Nostra, el primero de los 4 Motetes, Op. 133, de Rheinberger al que  imprimió la fuerza del himno religioso con admirable precisión y aprovechando la solidez del grupo, logro momentos sublimes de elevado misticismo con pianissimos exquisitos. Continuó con la impecable interpretación de los madrigales de Monteverdi, hizo un paso fugaz por el romanticismo de los  lieder de Brahms, en ambos casos, el rigor estilístico paso desapercibido ante la convincente interpretación coral que se lució respetando los matices y el fraseo que la obra del autor alemán  exige en medio de un clima intimista. Y por último se metió de lleno en el siglo XX con una  elección  muy cuidada,  Five hebrew love songs de Eric Whitacre me pareció una obra de indudable belleza. El autor compuso la música sobre postales que le había enviado su mujer. Canciones que evocan al amor lejano,  a la distancia, a dos personas que se necesitan y se extrañan. Fue la única pieza acompañada de violín y piano. La música judía con su cadencia nostálgica por momentos y su alegría en otros puso su nota romántica a la compleja música del siglo XX. La música popular tuvo su espacio. En la pieza de Raúl Carnota  La aclaradora ―versión Mario Witis― Santostefano le cedió la dirección a Lucas Echaniz y para  el final  el negro spiritual Deep River y volvemos sobre el estilo: impecable. Un bis Arroz con leche que el director dedicó a su padre.


Si el público que asiste en general  a las funciones de la OFBA se  le escapa algún aplauso a destiempo el “dominguero” es aplaudidor por excelencia y distrae un poco.  Es una pena que muchos vienen para las selfies y se van. Pero me causo más  pena aún ver la platea con grandes claros. ¿Cuál será la política de distribución que hace el teatro en un espectáculo gratuito y gran jerarquía?  El viernes pasé, por curiosidad, a las 18 por la boletería  y solamente entregaban galería central. ¿Cómo se entiende?