La Orquesta Filarmónica en el Teatro Colón
      Teatro Colón
    Jueves 7  de mayo de 2015
 Escribe:  Alejandro A. Domínguez Benavides
      
    
      Orquesta  Filarmónica de Buenos  Aires.
      Programa:
      - George Gershwin: Obertura Cubana
      - George Gershwin: Concierto en Fa
      - Ferde Grofé: Suite del Gran Cañón
      Solista: Freddy Kempf, piano
      Director: Enrique Arturo Diemecke
      Nuestra calificación: Bueno.
Si habitualmente el director imprime una explosión de alegría musical a la Orquesta Filarmónica Nacional, no es difícil imaginarlo dirigiendo un programa que arrancó con la Obertura Cubana de George Gershwin pródiga en ritmos caribeños, basada en el son-pregón de Ignacio Piñero titulada “Échale Salsita”, composición que se inspira en las butifarras de El Congo, en el poblado de Catalina de Güines. Diemecke exageró estas aristas populares y lo hizo muy bien. Logró que el bongó, las claves, el güiro y las maracas, se integraran con la afinada instrumentación de flautas, oboes, clarinetes, bajos y contrabajos, trombones, tubas y tímpanos.
    El programa continuó con Gershwin  quién en su concierto en fa fue capaz de  sintetizar el espíritu del jazz al más alto nivel en el entorno sinfónico, como  lo hizo también con la célebre Rhapsody in Blue.  Sus tres movimientos alegros van en un increscendo Freddy Kempf estuvo  demasiado flemático para nuestro gusto pasó  correctamente la partitura, pero le faltó ese el toque jazzístico que requiere  la partitura (swing) en eso no acompañó el ritmo que le impuso Diemecke al  programa donde se destacaron los clarinetes, fagots y la percusión.
      Concluyó el programa con la  cinematográfica y plana Suite del Gran Cañón  de Ferde Grofé, Miembro y mano derecha de la banda  de jazz de Whiteman , pianista , violinista orquestador y un enamorado de las  imágenes y sonidos de su país. Sus obras están plagadas de un sonido mixto de  fácil retención y asociados a títulos descriptivos muy evocadores  que pintan un paisaje americano En las cinco  partes que  componen esta suite ― Sunrise  (Amanecer) Painted Desert (El desierto pintado)   On the trail (En el camino)   Sunset (Atardecer) Cloudburst (Estallido de nubes) Sunrise (Amanecer)―  Diemecke imprimió un estilo correcto aunque exagerado. El desempeño del  concertino Pablo Saraví en el  comienzo  del tercer movimiento le dio un vuelo especial a los ritmos que le siguen un  tanto pedestre. No nos pareció muy afortunada la inclusión de esta partitura sin  embargo debemos destacar el trabajo de toda la orquesta para hacer más  digerible una obra sinfónica menor. Más allá de estas apostillas el público  disfrutó con el programa y lo celebró interrumpiendo la interpretación de las  obras con sus aplausos impertinentes. Sería bueno que el maestro Diemecke locuaz  y didáctico ―al comenzar el concierto tomo el micrófono― enseñara al público a  aplaudir cuando corresponde. Los aplaudidores son tan molestos como los usuarios de teléfono celulares en concierto, que esa  noche no se privaron de nada hasta tuve vecinos de platea que escucharon  Boca-River, quizá como homenaje inconsciente a Gershwin  y Grofé que buscaron ser  el  primero con mayor talento, intermediarios entre el jazz de diversión y la  música  seria.  
    

