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En el Colón, en el inicio del ciclo Beethoven

 


SÓLO UNA CORRECTA LECTURA

 

Teatro Colón

Martes 3 de Marzo de 2015

 

Escribe: Carlos Ernesto Ure

 

 

Beethoven: Sinfonías Nº. 1, en do mayor, opus 21, y Nº 3, en mi bemol mayor, opus 55, “Heroica”.

Orquesta Filarmónica de Buenos Aires (Enrique Arturo Diemecke).

 

 

El martes comenzó en el Colón el ciclo integral dedicado a las sinfonías de Beethoven, verdadero “tour de force” que a razón de dos por día, culminará el domingo con la Novena. La serie está a cargo de la Filarmónica de Buenos Aires y su titular, Enrique Arturo Diemecke, y ya desde el comienzo dejó al descubierto que fue encarada sobre la base de ensayos insuficientes y un cariz meramente rutinario, sin pretensiones mayores. Si se piensa en el nivel artístico que merece la empresa, cabe afirmar desde ya que las traducciones de la Primera y la “Heroica” carecieron, verdaderamente, de interés. Si la iniciativa se enfoca en cambio a través de lo que significa como acción de divulgación musical, por cierto que merece, desde este costado, ser estimada.


Fraseo lineal
Conviene destacar antes de seguir adelante, que la Orquesta (la ubicación de las cuerdas fue modificada) cumplió una labor  en general ajustada, y exhibió calidad sonora global y meritorios desempeños individuales (flautas, oboes, clarinetes, trompetas, cornos). Pero a lo largo de toda la sesión (y esto resultó inmodificable), el maestro mejicano, si bien acreditó musicalidad y seguridad, prescindió por completo de cualquier intención de fraseo, de la búsqueda de expresión o matices dinámicos, para limitarse a transitar un recorrido de correcta linealidad.


Sin variantes
Se suponía que esto podía ser así en la Primera, obra despareja (que sólo muestra en asomo “la garra del león”), en cuyo desarrollo poco prolijo quedaron aún más de manifiesto la debilidad de sus puentes y transiciones.


Mas de manera sorprendente, ese monumento arquetípico del sinfonismo universal que es la “Heroica”, fue volcado dentro de  las mismas características. Esto es, con una superficialidad de lectura cuyo aparente objetivo estuvo centrado únicamente en la idea de llegar a la meta (esto es: arribar al final sin sobresaltos). Despojada de “pathos”, de honduras de lenguaje, la versión de esta creación tan conocida y difundida se tornó así, si se quiere, realmente monocorde.


Carlos Ernesto Ure