Menu principal

 

Notable contribución a la ópera argentina contemporánea

 

"Requiem para una monja" en el Colón

Teatro Colón

Martes 10 de Junio de 2014

 

Escribe: Enrique Sirvén

 

Réquiem es el producto de la colaboración del compositor argentino Oscar Strasnoy  y del libretista canadiense Mattew Jocelyn, a cargo también de la puesta en escena quienes cumplieron un encargo de la actual dirección del Teatro Colón. Basada en relatos de William Faulkner, la ópera se canta en inglés. La acción tiene lugar en el sur de los Estados Unidos, en tiempo también indeterminado, pero contemporáneo. A partir de un caso privado que adquiere condecuencia pública, su acción refleja el conflicto interno de la protagonista Temple Dark por hechos del pasado, y del presente, que involucra a su mucama.

 

El clima general tenso se inscribe en el expresionismo, mientras que su estructura combina esa acción muchas veces interior de la ópera, con los comentarios a cargo de un coro que se mantiene estático como en un oratorio, que se expresa en latín con frases de la misa de difuntos. En la puesta en escena en un plano por elevado. 

 

La orquesta es una combinación original de cámara en cuanto a las cuerdas y, sinfónica en los metales y percusión. Con la participación de una armónica, guitarra eléctrica, acordeón, órgano Hammond y saxofón que lejos de contribuir a un pintorresquismo, aluden de manera más esencial, lo mismo que la recurrencia a especies vocales como el blues o el gospel. Las cuales se expresan en el comienzo y brevemente en forma hablada, mayormente en recitativos, sin eludir una cantabilidad, incluso en arias, que alcanzan una intensidad acorde con la fuerte teatralidad.          
   
Ciertamente no se trata de una obra fácil para la recepción del público, ni por el tema ni por su tratamiento, sin embargo, pude comprobar la aprobación generalizada del mismo en el final de las dos últimas funciones. Mientras que la prensa especializada fue mayormente favorable -también- a la impecable realización musical y de la puesta en escena. El equipo de cantantes fue mixto en cuanto a su procedencia, entre los invitados, Jennifer Holloway y Siphiwe Mckenzie en los roles arriba mencionados, tuvieron notable rendimiento vocal y expresivo, con gran entrega también. Mientras que entre los nacionales se destacaron en partes comprometidas Christian De MarcoSantiago Burgi y Damián Ramírez.   
     
Párrafo aparte merece la concertación y dirección musical del joven y talentoso director Christian Baldini, encomiable en todo sentido, logró rendimientos acordes de la Orquesta y Coro Estable. 

 

En síntesis, candidata a ser un acontecimiento de trascendente repercusión como lo es el estreno de una ópera contemporánea, más aún nacional que, hubiese sido merecedora de por lo menos una función extraordinaria, fuera de abono, para darle también cabida a nuevos públicos.    

 

Enrique Sirvén