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Un año de intensa actividad

 

EL BALANCE DE LA TEMPORADA LÍRICA

  Escribe:Carlos Ure

 

Con  excepción del esperpento seudo-wagneriano que el Colón produjo en Noviembre y de la actuación en concierto de cantantes de destacado renombre internacional, la “stagione” que acaba de concluir, jalonada por los estrenos, transcurrió dentro de carriles más o menos convencionales.

 

En lo que hace a la actividad privada, Juventus Lyrica, ya en su décimo cuarta temporada continuó con su infatigable labor de promoción de la ópera y sus nuevos artistas (“Cavalleria Rusticana”, “L’Amico Fritz”, “Otra Vuelta de Tuerca”, “Don Giovanni” y “Tosca”), mientras que Buenos Aires Lírica, también en el Avenida y con otra clase de ambiciones ofreció nada menos que “Rigoletto”, “Norma”, “El Rapto en el Serrallo” (con puesta muy discutible) y finalmente “Eugenio Oneguin”.

 

Otra “Norma”, en el Coliseo (Mayo), permitió el lucimiento de nuestra más importante soprano “spinto” de la actualidad (Haydée Dabusti), al tiempo que el teatro del Globo, además de la re-edición de “ La Bella Dormente del Bosco”, de Respighi, fue escenario de dos estrenos significativos: “Un Giorno di Regno”, de Verdi (Ensamble Lírico Orquestal) y “Orlando Paladino”, de Haydn (Ars Hungarica). “El Seminarista”, interesante título camarístico de Ramiro Campodónico, se está reponiendo en la Scala de San Telmo, luego de haberse dado en Junio en   la Casa de la Cultura.

 

El Colón

 

El ciclo de la sala de la calle Libertad, sin duda un tanto extraño por las obras que lo integraron,  exhibió como notas de relieve los estrenos de “Oedipe”, de Enescu (con ingeniosa participación de La Fura del Baus), “Rinaldo”, de Haendel (con el rigor de Martin Haselboeck), “I Due Figaro”, de Mercadante (con Riccardo Muti por primera vez en el foso del Colón) y también “Hagith”, de Szymanowski. Una criteriosa versión de “ La Forza del Destino” (con Renato Palumbo y Hugo de Ana) fue seguida a su vez por la producción remarcablemente bella de “ La Cenerentola ” (Sergio Renán y Emilio Basaldúa).

 

No puede dejar de mencionarse que cantaron asimismo en nuestro primer coliseo, pero en concierto, figuras de la talla de Angela Gheorghiu, Roberto Alagna y Frederica von Stade, Sumi Jo, Renée Fleming y Joyce Di Donato (esta última para el Mozarteum).

 

En cuanto al desventurado producto denominado “ColónRing”, de costo fabuloso en materia de “cachets”, publicidad, contratos de refuerzo, montaje y puesta en escena, bien podría pensarse que no estaría demás iniciar una investigación por presunta malversación de caudales públicos.

 

Por su lado, la Secretaría de Cultura federal culminó su año con una impecable ejecución  de “Sansón y Dalila” en el Auditorio de Belgrano (María Luján Mirabelli y Reinaldo Censabella con la Orquesta Sinfónica Nacional).

 

El Argentino

 

Sorteando los problemas presupuestarios de la provincia de Buenos Aires, que desembocaron en la supresión de “I Capuleti e i Montecchi” y “ La Walkyria ” y la dimisión del titular de la Orquesta , Alejo Pérez, el Argentino llevó adelante una temporada en la que sobresalió la primera presentación continental de “Pepita Jiménez”, excelente ópera que Isaac Albéniz compuso sobre el libro original de Juan Valera. El ciclo incluyó también a “El Oro del Rhin”, “I due Timidi”, de Rota, “Oresteïa”, de Xenakis, y “Werther”.

 

En una zona relativamente cercana, no debe omitirse el inclaudicable y entusiasta esfuerzo que desplegó el teatro Roma, de Avellaneda (“Attila”, “Don Pasquale”, “Los Cuentos de Hoffmann”, “ La Sonámbula ”). El interior En cuanto a la actividad lírica desenvuelta en el interior del país, el primer lugar lo ocupó sin duda Rosario, con exitosas funciones en el teatro El Círculo de “Un Ballo in Maschera” (Luis Lima y Leonardo López Linares) y “El Bar                                    

bero de Sevilla” (Fabián Veloz y Paula Almerares).

 

En el Auditorio Juan Victoria de San Juan se dio a su vez “Aída” (Haydée Dabusti y Enrique Ricci), en el teatro Provincial de Salta “Rigoletto” (Laura Rizzo) y en el Municipal de Bahía Blanca “Don Carlos” (también Dabusti). Esto es, que como consecuencia directa de las incertidumbres económicas por las que atraviesa la Argentina , no fue demasiado agitado el movimiento operístico manejado a nivel provincial. Es una lástima, porque nuestros compatriotas distantes de Buenos Aires también merecen disfrutar de eventos artísticos de categoría. En definitiva: que no se ahorre en las finanzas públicas recortando los fondos que los organismos oficiales destinan a la cultura.

 

                                                                                             Carlos Ernesto Ure