Menu principal

 

"Loreley" en el Teatro Avenida

Bella reaparición de una ópera de Catalani

Escribe: Carlos Ure (ACMA)

Publicado en La Prensa 12 Junio de 2010

Fotografias: Liliana Morsia

 

““Loreley”, acción romántica en tres actos,  con libro de Angelo Zanardini, Luigi Illica, Carlo D’Ormeville, Giuseppe Giacosa y Giuseppe Depanis, y música de Alfredo Catalani. Con Adelaida Negri, Miguel Geraldi, Douglas Hahn, María del Rocío Giordano y Víctor Castells. Vestuario de Mariela Daga, coreografía de Luciana Prato, iluminación, puesta en escena y “régie” de Eduardo Casullo. Ballet Surdanza, Coro (Ezequiel Fautario) y Orquesta de La Casa de la Ópera de Buenos Aires (Lucía Zicos). El viernes 11, en el teatro Avenida.

 

" La Wally " y "Loreley" son las dos óperas más importantes de Alfredo Catalani, autor si se quiere afiliado a una estética romántico-verista, dueño de un estilo propio, renovador, en el que se interrelacionan factores fantástico-dramáticos con una exposición cruda, de atrayente orquestación y colores tímbricos y armónicos, todo con un melodismo de agraciado despliegue. Perteneciente a una familia de Lucca (al igual que los Puccini), de modestos recursos, Catalani fue admirado y amado de manera especial por Toscanini, quien conservó siempre su retrato sobre su piano y bautizó nada menos que a sus hijos con los nombres de los protagonistas de aquellos títulos (Wally y Walter).

 

Estrenada en Torino en 1890, “Loreley”, inspirada en una de las grandes leyendas germano-medievales (potenciada por Heinrich Heine), posee sin duda un entramado musical de cierta complejidad (por cierto nada edulcorado), y exhibe excelente tratamiento de voces, concertantes vigorosos, danzas, coros y un discurso casi siempre interesante, en el que se insertan escenas de bellísima inspiración (sin ir más lejos, las plegarias nupciales y todo el último acto).


Un largo olvido
Con el concurso, entre otros, de Beniamino Gigli y de Claudia Muzio, “Loreley” se dio en el Colón en 1913, 1914, 1916, 1919, 1920, 1924, 1925, 1928 y 1932, y subió allí a escena por última vez en 1934. Resultó por ello bienvenida su reposición, que después de una ausencia tan larga ofreció el viernes “ La Casa de la Ópera de Buenos Aires”, entidad que bajo la guía de Adelaida Negri ha venido abordando en los últimos tiempos diversas obras líricas de escasa frecuentación. La función tuvo lugar en el Avenida, convertido ya en relevante sala de teatro melodramático, y se desenvolvió en un contexto parejo, de aceptable nivel.


En sus aspectos visuales la versión corrió por cuenta de Eduardo Casullo, meritorio impulsor de tantos emprendimientos operísticos en el ámbito nacional, quien con atinadas proyecciones, elementos sencillos y una acción manejada con pulcritud, consiguió plasmar una puesta eficaz, con ayuda de un vestuario muy apropiado diseñado por Mariela Daga. En cuanto a la coreografía, creada por Luciana Prato, debe decirse que se vio correcta, al igual que la tarea de la compañía de baile “Surdanza”.


La orquesta y las voces
En el cuadro de cantantes solistas, se destacaron desde ya dos atractivos artistas brasileros, el tenor Miguel Geraldi (Walter von Oberwesel) y el barítono Douglas Hahn (barón Hermann): uno y otro lucieron voces lozanas, comunicativas, homogéneas. Fue también eficiente la faena de Víctor Castells (Rudolf, margrave de Biberich) y la de María del Rocío Giordano (Anna von Rehberg), cuyo registro lírico pareció algo disminuido en materia de proyección. En lo que hace a Adelaida Negri (la doncella Loreley), cabe afirmar que acreditó una vez más encomiable técnica y un metal oscuro, bien redondeado, desde ya expresivo.


El coro de la entidad organizadora, preparado por Ezequiel Fautario, se mostró sólido en sus rasgos canoros, no obstante algunos desajustes; en el foso estuvo la empeñosa orquesta de la misma corporación, conducida por Lucía Zicos, maestra de treinta y tres años, quien puso entusiasmo y demostró cualidades incipientes pero promisorias.

 

Carlos Ernesto Ure (ACMA)

 

Adelaida Negri y Miguel Geraldi en escenas de Loreley